FRONTAL.

¿Sabes qué es lo más absurdo de muchas cajas?

Que para sacar unas zapatillas tienes que desmontar media torre.

Una coreografía absurda de arrastrar, levantar y volver a encajar.

Vamos, que sacar un par se convierte en un entrenamiento de crossfit.

 

Por eso existen las cajas con puerta frontal.

Más estrechas, más profundas, perfectas para habitaciones donde el espacio manda.

Y sobre todo, prácticas: abres la puerta y listo. Sin dramas.

 

• Exhiben tus zapatillas como si fueran piezas de museo.
• Te libran del polvo (y del cabreo de verlas estropearse).
• Y convierten tu vestidor en algo digno de enseñar en Instagram.

 

 

Clientes me escriben cada semana con lo mismo:

“Quiero las de puerta frontal, necesito optimizar el espacio.”

Y aquí están.

 

Porque un zapatero es cárcel.

Una torre de cajas sin puerta frontal es una trampa.

Pero estas… estas son la salida de emergencia.

 

Cajas acrílicas con puerta frontal.

Sencillas, prácticas y diseñadas para coleccionistas que prefieren abrir la puerta, no desmontar la casa.